ROSAS ANTONIO
Tras más de un siglo de trabajo de campo y laboratorio, hoy disponemos de un respetable registro de fósiles que nos permiten indagar, aunque con carencias, el curso de nuestra evolución. La paleontología humana aporta a este conocimiento un caudal de pruebas empíricas con las que tratamos de reconstruir las pautas y procesos que nos han modelado. Y entre estos, el origen y la diversidad de los primeros homininos constituyen uno de los temas más apasionantes de abordar porque nos ayudan a entender cómo se han configurado las bases de nuestra anatomía.