GARCES, MARINA
La educación es el sustrato de la convivencia, el taller donde seensayan las formas de vida posible. Por eso, el capitalismo cognitivose ha tomado en serio la tarea de asaltar todos sus campos: laeducación formal y la informal, los recursos, las herramientas y lasmetodologías. La presencialidad y la virtualidad. La infancia y laformación a lo largo de la vida. La educación no sólo es un grannegocio. Es un campo de batalla donde la sociedad reparte, de formadesigual, sus futuros. Dicen los pedagogos que hay que cambiarlo todo, porque el mundo ha cambiado para siempre. Esta afirmación esconde las preguntas que nos dan más miedo: ¿de qué sirve saber cuando nosabemos cómo vivir ¿Para qué aprender cuando no podemos imaginar elfuturo Estas preguntas son el espejo donde no nos queremos mirar. Nosda vergüenza no tener respuestas y resulta más fácil disparar contramaestros y educadores. ¿Cómo queremos ser educados Esta es la pregunta que una sociedad que se quiera mirar a la cara tendría que atreversea compartir. Nos implica a todos. Todos somos aprendices en el tallerdonde se ensayan las formas de vida posibles. Edu