AGUD, ANA
Si, por la herramienta del pensar, lo absoluto sólo pudiera sernos acercado sin que nada en ello se alterase, cual si de atrapar un pájaro con liga se tratara, lo absoluto, si no estuviese ya con nosotros por sí mismo y no quisiese estarlo, se burlaría de nuestra astucia y trampas ... Esta idea que Hegel ponía en la Introducción a su Fenomenología del Espíritu fue pensada ya hace muchos siglos en la India, antes de que los pensadores juzgasen importante trasmitirlos en su nombre, en circunstancias que desconocemos pero que intuimos de rebelión contra el enteco dualismo de hombres y dioses del ritual védico. Yo mismo, atman, no soy distinto de lo absoluto, brahman. nada es, en y por sí mismo, distinto de nada: sólo nuestras distinciones introducen diferencias en las que luego nos perdemos, y de las que anhelamos salir construyendo para ello una trascendencia redentora. Libertad es reconocer que nuestras oposiones y categorías son todas relativas, y que somos libres de hacerlas y retirarlas. Retiradas todas, llegados al fondo de la crítica de la conciencia, descubrimos que lo absoluto está ya entre nosotros, que nosotros somos lo absoluto. Luego comenzaría la metafísica de nuevo ...